Vivimos en una época donde la generación y conservación de datos se ha vuelto una piedra angular en el panorama empresarial. Un reciente informe elaborado por John Monroe de Furthur Market Research, titulado "Gestión de almacenamiento en una era de mínima eliminación de datos", destaca este fenómeno.
Este artículo analiza los hallazgos clave del estudio para brindar una visión del estado actual y a futuro del almacenamiento de datos en entornos corporativos.
Se espera que para 2030, alrededor del 30% de los datos en la mayoría de los centros de datos se clasifiquen como calientes, es decir, se requiere acceso frecuente a ellos para la operación. Los datos cálidos, tibios y fríos son aquellos a los que ocasionalmente se requiere acceso. Mientras que los datos congelados, aquellos que no son usados con frecuencia, pero son críticos para futuras consultas y análisis, representarán aproximadamente el 70% del total. Esta tendencia plantea interrogantes sobre los costos asociados a la conservación de estos datos a largo plazo.
Para la retención de datos durante años, décadas o incluso siglos, no sólo importa el costo inicial por gigabyte, sino también los requerimientos de energía, espacio y actualización tecnológica. Numerosos discos duros (HDD) y unidades de estado sólido (SSD) gestionan cargas de trabajo frías o congeladas a un costo por gigabyte elevado y consumen una parte desproporcionada de la energía disponible. La tecnología de cinta LTO, de acuerdo con el estudio, entre 2020 y 2025, consumirá aproximadamente 838 veces menos energía que el disco.
El consumo energético ha subrayado la necesidad de cumplir objetivos de sustentabilidad, para ello las alternativas de almacenamiento ultraeconómicas y sustentables para gestionar los datos fríos o congelados es vital. Con regulaciones cada vez más estrictas sobre las emisiones de CO2 y la escasez creciente de energía disponible, muchos centros de datos podrían verse obligados a incorporar cintas LTO para lograr almacenamiento de bajo consumo.
Es un hecho que el disco seguirá jugando un papel relevante en la gestión de datos, pues para algunos casos, el uso de cargas de trabajo requiere acceso inmediato. Sin embargo, es poco probable que este criterio se aplique a la mayoría de la información, para la cual las cintas LTO serán la mejor alternativa.
Cada vez habrá una mayor demanda de soluciones de almacenamiento más económicas por gigabyte, combinadas con mayores capacidades disponibles y costos más bajos a largo plazo. En ese escenario, las generaciones sucesivas de cinta jugarán un papel cada vez más crucial. Actualmente, cada cartucho resguarda hasta 45 TB de datos comprimidos, por lo que las generaciones venideras podrán cruzar la barrera del PB comprimido por cinta.
La tecnología LTO ofrece un resguardo económico, sustentable y confiable para los datos cruciales de las organizaciones. La cinta continúa siendo una opción de almacenamiento esencial en un mundo donde la conservación de datos es una necesidad para el éxito empresarial y la sustentabilidad una prioridad.
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